El autor argentino, uno de los que más leo últimamente, cuenta, en un francés "aprendido en los libros" el esfuerzo que le supone viajar a Europa y se refiere a sí mismo como "padre de familia", "tímido" y con pocas cosas que contar puesto que lo que quiere decir lo dice en sus obras.
Se refiere también, a instancias del periodista, a la adaptación cinematográfica que de su novelita hizo Diego Lerman en 2002 con el título Tan de repente (una auténtica joya del cine argentino contemporáneo) y cómo La prueba representa una determinada corriente -podría calificarse de urbana y juvenil- que lejos de cualquier concesión a las emociones, concibe el amor, el enamoramiento, como la superación de pruebas.
Demostrar el amor a base de pruebas lleva a las protagonistas a realizar un recorrido por situaciones y lugares sórdidos, vacíos (lo ha visto muy bien el director de la película) hasta que ese "viaje" acaba -de manera distinta en la novela y la película- por transformarlas.
Traer aquí al autor de tanta ficción es mi homenaje, mi reconocimiento; pero hay además una especie de complacencia en verlo, escucharlo... y comprobar que existe.
C�sar Aira
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