Poema de Poeta en Nueva York, de Federico García Lorca, al que recordamos 70 años después de su muerte.
Cuando llegue la luna llena
iré a Santiago de Cuba,
iré a Santiago,
en un coche de agua negra.
Iré a Santiago.
Cantarán los techos de palmera.
Iré a Santiago.
Cuando la palma quiere ser cigüeña,
iré a Santiago.
Y cuando quiere ser medusa el plátano,
Iré a Santiago
con la rubia cabeza de Fonseca.
Iré a Santiago.
Y con la rosa de Romeo y Julieta
iré a Santiago.
Mar de papel y plata de monedas
Iré a Santiago.
¡Oh Cuba! ¡Oh ritmo de semillas secas!
Iré a Santiago.
¡Oh cintura caliente y gota de madera!
Iré a Santiago.
¡Arpa de troncos vivos, caimán, flor de tabaco!
Iré a Santiago.
Siempre dije que yo iría a Santiago
en un coche de agua negra.
Iré a Santiago.
Brisa y alcohol en las ruedas,
iré a Santiago.
Mi coral en la tiniebla,
iré a Santiago.
El mar ahogado en la arena,
iré a Santiago,
calor blanco, fruta muerta,
iré a Santiago.
¡Oh bovino frescor de cañavera!
¡Oh Cuba! ¡Oh curva de suspiro y barro!
Iré a Santiago.
A veces sucede que determinadas lecturas, se asocian a episodios vitales. Concretamente este poema, tiene para mí evocaciones de afecto y amistad hacia Dalia Quevedo, maestra y amiga, a quien prometí el reencuentro en Santiago de Cuba.
4 comentarios:
Desde Cuba he leìdo con placer este poema.
Zenia desde:
http://imaginados.blogia.com
Me encantaría, Felipe. Sería la ocasión para ponerme las pilas con el manejo de los reproductores de audio e incluirla en este post.
Besos para tí también.
Saludos, Zenia y encantada de visitar tu extraordinario blog imaginados
Desde que leí a Lorca en mi adolescencia, siempre pienso en lo mucho que perdimos con su muerte, igual que en aquella guerra de infausto nombre. Todo sea en su memoria, y en memoria de lo que no pudo ser.
De García Lorca, Alejandro, nos queda su obra y aún la capacidad para suscitar emociones como las tuyas.
Saludos
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