24 junio 2006

Libros de texto

Respecto al blogoduelo que tiene lugar entre defensores y detractores de los libros de texto, quiero manifestar, en primer lugar, mi más sincera admiración por ambos señores -Carlos Cabanillas y Sebastià Giralt- así como mi agradecimiento más profundo al hacer público y notorio el motivo que ha suscitado tan encarnizado debate.
Me permito pues, como testigo, mediar en esta sinrazón, no vaya a ser que suceda lo irremediable: la "quema" de los libros en cuestión.
¿Recuerdan tan esforzados caballeros el Capítulo VI de El Quijote? Del donoso y grande escrutinio que el cura y el barbero hicieron en la librería de nuestro ingenioso hidalgo.
¿No será también que estos señores han leído a Vázquez Montalbán y quieren actuar a la manera de su héroe, Pepe Carvalho?

Pues, definitivamente, sí a la hoguera,

"...los libros autores del daño"
pero, por favor, ¡un poco de cordura! Dejen unos cuantos.

2 comentarios:

Lu dijo...

Interesante duelo. Difícil el reto de tomar partido en pro o en contra de los libros de texto.
En este caso, como en otros, la prudencia es una virtud.

Angus dijo...

Y ¿qué hago yo ahora? ¡sin ordenadores y sin libros!